Ramos Sucre, José Antonio. Obra completa. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1980.
p. 5
Origen tan deprimente no cabe asignar a la poesía, blanco también de la ojeriza de los pedestres, que se han limitado a tildarla de inútil, y a predecir su muerte en la próxima época de utilidad, cuando será ídolo de la admiración el americano, ejecutor y usurpador del invento ajeno, debido a lucubraciones desinteresadas y abstractas; pero son profetas falsos los que publican la muerte de la poesía, que, lejos de agonizar, resurge con bríos nuevos y con originalidad inaudita, por ser la expresión de sensaciones y de aspiraciones de almas refinadas por una civilización incomparable
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